Introducción
Desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado de Cantabria (FAMPA Cantabria), consideramos imprescindible la revisión y mejora del calendario escolar de nuestra comunidad, cuando ya nos encontramos en el noveno curso desde que se modificó el modelo.
Cabe recordar que dicho cambio se llevó a cabo sin ningún tipo de evaluación ni estudio previo
que justificara su implantación, ni contando con la participación de la mayor parte de la
comunidad educativa.
A día de hoy, el modelo de calendario bimestral dista mucho de haber demostrado los beneficios
pedagógicos con los que se justificó su implantación. Aunque los bimestres marcan los periodos
lectivos, la organización real del curso sigue basándose en trimestres, sin haber demostrado un
impacto positivo en la planificación del aprendizaje. Esto se nota especialmente en Educación
Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato, donde las semanas no lectivas, lejos de servir
como descanso para el alumnado, se han convertido en un tiempo para la realización de tareas y
deberes o la preparación de exámenes. Un ejemplo de ello fue el periodo de descanso de
febrero del curso pasado, que se produjo tan solo 25 días después de la reincorporación tras el
descanso anterior y tuvo una importante carga de deberes.
Otro de los aspectos fundamentales del modelo vigente, la evaluación cualitativa, tampoco ha
cumplido las expectativas. En lugar de convertirse en una herramienta para la detección de
necesidades y una mejor comunicación con las familias, tal como se nos presentó dicha medida,
simplemente ha pasado a ser otra evaluación con una calificación distinta. Tampoco los planes
de formación del profesorado, que se suponía iban a desarrollarse en las semanas no lectivas,
se están llevando a cabo.
Por todo ello, y teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde la implantación de este modelo
de calendario, consideramos imprescindible que la Consejería de Educación realice un estudio
riguroso sobre sus efectos en el alumnado, el profesorado y las familias. Este análisis debe
abordar no solo su impacto en el rendimiento académico, sino también su repercusión en el
bienestar del alumnado y en la conciliación familiar. Además, es fundamental diferenciar
claramente entre el calendario escolar y el calendario laboral, garantizando que la comunidad
educativa en su conjunto participe activamente en la elaboración del primero.
PROPUESTAS
1. Evaluación del impacto del calendario escolar
Reclamamos que la Consejería de Educación realice un estudio detallado sobre el impacto del
actual calendario escolar en el alumnado, en su rendimiento académico y salud emocional, y en
la conciliación familiar. Este análisis debe contemplar las particularidades de cada etapa
educativa y servir de base para realizar los ajustes necesarios.
Tras casi una década de la aplicación de este calendario no se ha realizado ninguna evaluación
del mismo y de los supuestos beneficios pedagógicos que se nos dijo iba a traer un modelo que,
curiosamente, no ha sido implantado en ninguna otra comunidad autónoma en todo este tiempo.
2. Eliminación de la jornada reducida en junio y septiembre
Desde FAMPA Cantabria solicitamos la eliminación de las jornadas reducidas en los meses de
junio y septiembre, tal como se comprometió a hacer la Consejería de Educación con el cambio
de modelo de calendario. Estas jornadas fueron establecidas en un contexto en el que la
integración de la mujer en el mundo laboral era reducida, pero actualmente carecen de
justificación pedagógica y suponen un problema para la conciliación familiar, la organización de
los centros y de las actividades extraescolares que durante esos meses se pierden ya que,
generalmente, no se permite que se lleven a cabo.
Además, esta reducción de jornada en muchos casos viene acompañada de modificaciones en
los horarios de los servicios de comedor y transporte escolar, lo que afecta negativamente a
muchas familias, en especial a aquellas con menos recursos. La atención al alumnado en el
horario reducido, tal y como se recoge en la orden del calendario escolar desde el curso
2020/2021, en muchos casos no ha sido una solución efectiva, ya que numerosos centros no
informan adecuadamente a las familias sobre esta posibilidad o ponen trabas en su aplicación.
Además, su incompatibilidad con el servicio de comedor y transporte la hace inviable para
muchas familias.
Es importante reflexionar sobre lo que implica que, durante estos dos meses, un niño o niña
realice tres de las comidas recomendadas al día en un lapso de 5 horas. Mantener una rutina
estable en los horarios de comedor ofrece beneficios tanto a nivel físico (favoreciendo el correcto
funcionamiento del sistema digestivo y evitando picoteos entre horas) como intelectual,
fomentando que sean metódicos y organizados, y enseñando la relevancia de mantener hábitos
alimenticios saludables.
También es importante la pérdida de horas lectivas que hacen que se deba impartir el currículo
más comprimido o que parte de él no se imparta, ya que el calendario escolar marca 175 días
lectivos, pero no hace mención a un horario lectivo mínimo. De hecho, en las dos propuestas
presentadas se produce un aumento de los días con jornada reducida respecto al presente
curso.
Las horas mínimas por curso para impartir el currículo se deberían concretar, ya que afecta al
derecho a la educación del alumnado. Y se están produciendo diferencias entre los distintos
territorios en los que el alumnado recibe el mismo contenido en más o menos tiempo.
3. Cumplimiento del calendario escolar en secundaria, FP y bachillerato
Llevamos tiempo comprobando que es una práctica habitual en los centros de secundaria,
formación profesional y bachillerato no cumplir con los días lectivos establecidos. En muchos
casos, el curso no se inicia en la fecha oficial o finaliza hasta 10 días antes de lo establecido,
pese a la eliminación de la evaluación extraordinaria. Esto supone una pérdida de tiempo lectivo
que afecta directamente al aprendizaje del alumnado.
Desde el curso anterior, la Consejería de Educación ha incluido en sus instrucciones de inicio la
necesidad de respetar la fecha de comienzo del curso, lo que ha reducido considerablemente
estos incumplimientos. No obstante, sigue existiendo incertidumbre respecto al final del curso, ya
que en muchos centros se producen situaciones en las que el alumnado pasa numerosos días
sin una actividad lectiva real, e incluso se les insta a no acudir a clase.
Es fundamental garantizar el cumplimiento del calendario escolar en todas las etapas educativas
y que, si se considera necesario contar con más tiempo para la organización del curso, se
redistribuyan los días no lectivos de una manera adecuada para ello.
4. Servicios de comedor y transporte escolar
Hay diversos centros donde los servicios de comedor y transporte escolar no funcionan con
normalidad en los meses de junio y septiembre, a pesar de que la normativa establece su
prestación sin alteraciones. Esta situación perjudica a muchas familias y debe corregirse de
inmediato, asegurando que el alumnado disponga de los mismos servicios que le resto del curso.
Por ello, incidimos en la necesidad de evolucionar en estas cuestiones hacia un mismo
funcionamiento que en el resto del curso.
5. Eliminación de deberes en los periodos no lectivos
FAMPA Cantabria lleva mucho tiempo reclamando que, si realmente la finalidad de los periodos
no lectivos es el descanso del alumnado, se debe de garantizar que ese descanso sea efectivo
con la eliminación tanto de las tareas o deberes que se ponen para esos días como la posibilidad
de realizar exámenes en la semana de vuelta a clase.
Y, en cualquier caso, esta medida concreta no debería de dejar de lado la necesidad de abrir una
reflexión y debate en profundidad sobre los deberes escolares y todas las cuestiones
pedagógicas y sociales que les rodean.
6. Apertura de centros en los periodos no lectivos
Con el cambio de modelo de calendario escolar, la Consejería de Educación se comprometió a ir
avanzando paulatinamente en la apertura de los centros educativos y comedores escolares para
aquel alumnado que lo necesitase. La realidad es que esta apertura, lejos de ir ampliándose, ha
desaparecido bajo la excusa de una baja demanda del servicio por parte de las familias que la
gran cantidad de oferta privada existente desmiente.
Es necesario que se cumpla el compromiso adquirido, avanzando paulatinamente en esta
cuestión.
7. Adaptación a festividades locales, autonómicas y nacionales
Durante años, FAMPA Cantabria ha denunciado la falta de previsión respecto al impacto de las
festividades locales en el cumplimiento de los días lectivos. En el curso 2020/2021, se estableció
la obligatoriedad de alargar el curso los días necesarios para cumplir con el mínimo de 175 días
lectivos, pero esta medida ha resultado ineficaz, ya que su aplicación, generalmente, no se
comunica a las familias hasta pocos días antes del final del curso, generando problemas de
organización y numerosas faltas de asistencia.
Para evitar esta situación, proponemos establecer un calendario de 177 días lectivos,
permitiendo que los centros que no se vean afectados por festividades locales, o solo por una,
finalicen el curso uno o dos días antes, comunicándose a las familias dicha cuestión en cuanto
se publique oficialmente el calendario de fiestas laborales
8. Mejora de la comunicación y participación de la comunidad educativa
Valoramos positivamente la inclusión de todos sectores en las consultas para la aprobación del
calendario escolar, pero creemos que es necesario avanzar más en esta dirección. Es
fundamental que la comunidad educativa en su conjunto tenga voz en la toma de decisiones
sobre el calendario escolar, tal como establece el Acuerdo por la Educación de Cantabria.
Además, es necesario mejorar los canales de comunicación entre la Consejería de Educación y
las familias, garantizando que las decisiones sobre el calendario sean claras y accesibles desde
el inicio del curso.
9. Formación del profesorado
Uno de los argumentos en los que se basó la implantación del actual modelo de calendario
escolar fue el propósito de aprovechar las semanas no lectivas para formación del profesorado.
Sin embargo, hasta la fecha, no parece que esta formación se esté llevando a cabo.
Consideramos que la formación docente es un elemento clave para garantizar una educación de
calidad y debería de ser una de las prioridades. Es necesario que la Consejería de Educación
amplíe sus planes de formación, dotando a estos de los recursos necesarios para que estas
semanas no lectivas cumplan con uno de sus propósitos.
10. Valoración de las dos propuestas presentadas por la Consejería de Educación
En ambas propuestas se produce una notable descompensación en la duración de los periodos
lectivos, con 34 días lectivos en el primer y segundo periodo, 27 y 28 en el tercero y cuarto y 52
en el último. Desde esta federación siempre se ha defendido la necesidad de que los periodos
lectivos tengan una duración equilibrada entre ellos, tal como también recoge el Acuerdo por la
Educación de Cantabria en su propuesta 4.2.1.e., rompiendo con los periodos marcados por las
festividades religiosas.
Sin embargo, la experiencia del calendario del curso 2017/2018, en la que se incluyó en mayo la
última semana no lectiva, evidenció lo poco recomendable de situar días de descanso en esas
fechas para Educación Secundaria y Bachillerato, y más concretamente para el alumnado que
se presenta a la prueba de la PAU. Por ello, consideramos que en ningún caso deberían de
aumentarse los días de descanso en mayo más allá de lo recogido en las propuestas
presentadas mientras el calendario escolar sea el missmo para todas las etapas educativas.
Resulta evidente la necesidad de reflexionar tanto sobre el equilibrio de los periodos lectivos,
independientemente de cuántos sean estos, como sobre la idoneidad de aplicar un mismo
calendario escolar a todas las etapas educativas.
Conclusión
Desde FAMPA Cantabria, instamos a la Consejería de Educación a considerar estas propuestas
y trabajar de manera conjunta con la comunidad educativa para establecer un calendario escolar
más equitativo y funcional. Quedamos a su disposición para cualquier diálogo o consulta que
contribuya a mejorar la planificación del curso escolar.
En Santander, a 20 de febrero de 2025